martes, 20 de julio de 2010

Breve contestación a un comentario antiguo.

En este post se me metía en el bote del "conspiracionismo" y el "antiimperialismo" por decir lo obvio, que la paranoia de la gripe A fue un montaje urdido por las farmacéuticas, bajo la fachada de la OMS y con el apoyo de los lacayos de los políticos.


Efectivamente, el plan de Obama es igual al sueño de Esperanza Aguirre: dinero recaudado con los impuestos que va directamente a los bolsillos de 5-6 empresas privadas. Es el chollo al que aspiran los capitalistas del siglo XXI. En lugar de que todo sea 100% privado o todo sea 100% estatal, el gran negocio es vivir de la empresa concertada. Que sea 100% privado no mola, ya que hay que jugarse el dinero propio (bueno, esto también sería muy discutible) y el empresario tiene que jugar con cierto margen de riesgo. Sin embargo, en la salud concertada esto no es así, ya que el oligopolio de la salud tiene asegurado su dinero siempre gracias a la deuda pública que emiten sus amigos políticos.

Por esta razón, me parece demagógico el discurso de Obama y de los que le apoyan. Este hombre no defiende los intereses de la población de EEUU, está defendiendo los intereses de la mafia de las aseguradoras. Alguien se imagina el gran negocio que se podría dar aquí si se disolviera la salud pública y se repartiera entre 5-6 aseguradoras españolas. Eso mismo es lo que quiere hacer Obama, que en tiempos de crisis y vacas flacas para estas empresas, sale el Estado a echarlas una mano. ¡Y encima la población piensa que está haciendo algo por la salud pública!

¿Hay algo mejor que gestionar un hospital privado? ¡Gestionar un hospital concertado! Quien quiera seguir viviendo el País de las Maravillas puede seguir soñando, todavía es gratis.