lunes, 15 de junio de 2009

Félix Hernando y el terrorismo de Estado

El coronel Félix Hernando controlaba a Mario Gascón (gerente de la Discoteca Groove de Pinto, ex-fraile mercedario y ex-infiltrado en grupos de insumisos) y a Rafa Zouhier, que se movía en el ambiente de los porteros de discoteca (mafia búlgara y mafia policial de Ginés Jiménez).

Félix Hernando llevó maletines a Suiza para comprar el silencio de las esposas de Amedo y Domínguez (GAL) y, según el libro "Los servicios secretos en España" de Juan J. Alcalde también estaría relacionado con fascistas italianos de la red GLADIO. He de decir que no he leído el libro completo, desconozco la veracidad de los hechos que allí se narran y lo leo con toda la cautela del mundo:


"La revista Interviu publicó en 1979 que Félix Hernando Martín, de la sección segunda de la guardia civil, era uno de los principales dirigentes de los grupos incontrolados en la Guerra Sucia contra ETA. El 26 de enero de 1987 sería condecorado con el grado de capitán, actualmente es teniente coronel destinado en el Gabinete de Operaciones Especiales y se le supone vinculado con Rafael Vera y el agente de la OAS Jean Pierre Cherid, además de con otros fascistas italianos refugiados en España".

Félix Hernando sigue trabajando para el Estado y fue ascendido por el gobierno del PSOE a general de brigada. Antes, el gobierno del PP le había ascendido a jefe de la UCO: 


"La información que hoy publica EL MUNDO apunta hacia un personaje que podría encajar en esa «célula»: Félix Hernando, el coronel que manda la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, antiguo colaborador de Rafael Vera en Interior e imputado por viajar a Suiza con maletines para comprar el silencio de Amedo y Domínguez sobre los GAL.

A pesar de su turbio pasado, Félix Hernando fue promovido a la jefatura de la UCO hace cuatro años. Su designación es difícilmente comprensible teniendo en cuenta que esta unidad de elite se dedica a la investigación de los delitos más graves que se cometen en nuestro país con excepción del terrorismo. Pero el Gobierno de Aznar no vaciló en poner al frente de tan delicado cometido a un militar implicado en el encubrimiento de la guerra sucia."

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