domingo, 20 de abril de 2008

Mar afuera

Hoy he visto este documental, "Mar afuera" en la web de RTVE. La protagonista es Mari Mar, una joven de 20 años que lleva desde los seis conviviendo con una enfermedad degenerativa. La tía es una crack de mucho cuidado: luchadora, vividora y alegre. Me quedo con lo que dice en su programa de radio, cómo intenta vivir cada día como si fuera el último y disfrutar al máximo todo lo que hace. Con un par de ovarios.

Si algún día me veo en su situación espero llevarlo con su entereza y exigir ayuda para hacer una vida independiente, tener un asistente personal, rehabilitación, etc... y sobre todo, que nadie se atreva a cuestionar la dignidad de mi vida. Si tengo un momento bajo que me animen a vivir y no que me ayuden a suicidarme. Yo no se lo que es vivir en una silla de ruedas pero si se lo que es sufrir una depresión. Imaginar lo que podría haber ocurrido si hubiese conocido a la asociación "Derecho a Morir Dignamente" me da escalofríos.

Me he quedado de piedra al leer este episodio en la vida de Stephen Hawking, una de las personas que más admiro en este mundo:

"Yo estaba en Ginebra, en el CERN, el gran acelerador de partículas, en el verano de 1985... Cogí una pulmonía y pronto fui al hospital. El hospital de Ginebra sugirió a mi esposa que no merecía la pena mantenerme vivo conectado a una máquina. Pero ella en ningún caso aceptó eso. Regresé al Hospital de Addenbrooke en Cambridge, donde un cirujano llamado Roger Grey me realizó una traqueotomía. Aquella operación salvó mi vida, pero se llevó mi voz..."

He intentado buscar la fuente de este texto pero no lo he conseguido encontrar. Lo he copiado y pegado de la wikipedia pero el texto se encuentra en inglés en distintas webs. Si es cierto lo que se dice es como para pedir explicaciones y responsabilidades al hospital de Ginebra del que se trate. ¿Cómo alguien puede atreverse a decir que mantener la vida de un hombre con esclerosis y una traqueotomía no merece la pena?