Sin embargo, la autorización del juez Juan del Olmo no existe. No ordenó su destrucción, si bien tampoco ordenó a RENFE su conservación para investigaciones posteriores.
Manzano reconoció, ante la juez de Instrucción, que los Tedax se deshicieron de cientos y cientos de vestigios porque, dijo, se consideraron "objetos" en lugar de "muestras"."
La desaparición de los trenes limitó los análisis del explosivo empleado a las muestras recogidas por los Tedax en las horas posteriores a la masacre. Unas muestras claramente insuficientes, a juicio de los expertos que efectuaron el informe definitivo.
El "sindicato" Manos Limpias llegó a presentar una querella contra Del Olmo y la fiscal Olga Sánchez por destruir efectos del delito, prevaricación y omisión del deber de impedir delitos. La petición fue desestimada en diciembre de 2006, alegando que el destino de los vagones correspondía a su propietaria, Renfe. Eso sí, «una vez hechas en ellos todas las pericias que se estimaron necesarias». Sólo dos meses más tarde, el tribunal del 11-M consideró que era necesaria una nueva pericia."
Manos Limpias es el sindicato de Miguel Bernard, ex secretario general de Fuerza Nueva y del Frente Nacional, partido de Blas Piñar. Con esto, ya os digo todo sobre su filiación ideológica pero para saber más sobre este personaje no hay más que leer sus declaraciones:
"Sin embargo, Bernard no puede sustraerse a un pasado político que, en una lectura superficial, puede colocarlo al otro lado de la legalidad democrática. El secretario general de Manos Limpias recuerda con indisimulada nostalgia la década prodigiosa de la ultraderecha española posfranquista, cuando los militantes de Fuerza Nueva eran temidos por su organización paramilitar y los numerosos altercados callejeros que protagonizaban armados de cadenas y chacos. «Objetivamente, con todos los defectos que pudiera tener Fuerza Nueva, el partido de Blas Piñar desempeñó un papel importante en la transición española. Si no hubiera existido una oposición de este tipo, llamémosle violenta, a lo mejor la transición se hubiera hecho de otra manera. Tal y como se desarrolló hubo un equilibrio de fuerzas y terminó, con los incidentes que existieran por el camino, con un texto constitucional».
Las concomitancias ultraderechistas no acaban en las declaraciones del secretario general del sindicato. Cuando el sindicato filofascista Fuerza Nacional de Trabajo se instaló en Madrid, compartió sede con Manos Limpias en las oficinas capitalinas de Quintana, 20, en el barrio de Moncloa."
La verdad es que no me hace ninguna gracia que Miguel Bernard, un fascista, una persona que defiende la violencia fascista, aparezca como abanderado de la verdad del 11-m.
En fin, seguiré leyendo el libro de Xavier Cañadas "El caso Scala. Terrorismo de Estado y algo más", un montaje policial organizado por un confidente policial pagado por José María Escudero, actualmente Presidente del Sindicato de Comisarios. Dice José Luis García Rúa:
"Normalmente, en Europa, y en el mundo civilizado, cuando ocurre un hecho semejante, no se permite ninguna actuación que pueda alterar el escenario del cuerpo de delito hasta tanto se haga y se dé por terminada una investigación que averigüe las causas materiales y el proceso y desarrollo del hecho. Muy al contrario, el Gobernador civil de Barcelona ordenó y permitió, de forma inmediata la demolición de los restos del local, sin la obtención de las más mínima prueba pericial, y, al cabo de un par de semanas los escombros fueron retirados por camiones en sacos precintados. Si es que se realizó alguna prueba pericial oficial, ésta nunca se hizo pública. En cambio, los resultados de otro informe pericial que llega a la comprobación de la existencia de fósforo en las ruinas del Scala desaparecen, en un acto de "destrucción de pruebas". La razón de esa desaparición es clara: el fósforo es un material de uso exclusivo del ejército y utilizado por éste en la fabricación de bombas NAPALM. Junto a esta sistemática destrucción de pruebas, se da, también, la significativa negativa a una petición de investigación sobre la existencia de varios focos simultáneos como causas iniciales del incendio, lo que permitiría el acceso a la constatación de que el incendio del Scala había sido el producto de una inmediata y cuidadosa operación que iba mucho más allá del incendio material mismo, una operación aniquilatoria, del alcance destructivo total, de tierra quemada para el enemigo, y realizada con unos medios y aparato de los que sólo el Estado dispone."
http://www.laconfederacion.es/index.php?option=com_content&task=view&id=126&Itemid=32