domingo, 18 de noviembre de 2007

Un mundo planetario federativo

Pg 28 del libro de Abraham Guillén "Economía autogestionaria: las bases del desarrollo económico de la sociedad libertaria":

"Hemos recorrido muchos siglos desde el "pitecanthopus erectus", desde el pleistoceno medio de Java hasta el hombre cibernético; pero, ¿para qué serviría tanto progreso alcanzado si un día todo podría retroceder a la época de las cavernas por convertir el átomo en las bombas atómicas que destruyan la civilización moderan, si no somos capaces de superar el capitalismo con el socialismo libertario?
O asimilamos la mundialización de la economía y de la civilización con un mundo planetario federativo (sin guerras ni luchas de clases, sin crisis económicas, guerras locales y mundiales, revoluciones y contrarrevoluciones sociales), o entraremos en un período de luchas entre las naciones y las clases sociales antagónicas, lo cual conduciría a la caída del "homo sapiens". Si una ciencia alineada, incontrolada, puede hacer saltar todo con la bomba atómica; si la economía de relativa abundancia ha de conducir a las crisis económicas y a la miseria social por no poner en armonía los recursos naturales y los recursos humanos; si, en fin, todo progreso ha de transformarse en retroceso, debido a que los egoísmos de clase provocan las revoluciones sangrientas y los egoísmos mundiales las guerras generales y locales; si todos debemos estar contra todos: ¿para qué el hombre se llama racional? En definitiva, si la ciencia no es empleada para salvar al hombre, sino para destruirlo: ¡qué ilógicaes nuestra época! Ello sucede porque la alienación del hombre reside en la escisión en clases antagónicas o en bloques (agresivos) imperialistas o hegemonistas; por eso sin superación de la alienación del hombre, no habrá paz ni progreso en la tierra. Ahora bien, la desalienación pasa, necesariamente, por el socialismo de autogestión. Hay, pues, que elegir entre la autodestrucción del hombre o su liberación. He ahí la alternativa de nuestra época de capitalismo monopolista, hegemonista o imperialista, que ya ha creado técnicas para ser transformado en una sociedad libertaria universal, federal y autogestionaria, sin distinción de clases ni de razas."

2 comentarios:

Wm Gille Moire dijo...

Hoy no somos más malos que antes. Somos igual de malos: seguimos matándonos, aunque ahora con armas más eficaces. Pero también somos igual de buenos. Porque, pese a todo, seguimos siendo capaces de solidaridad y cooperación cuando es necesario.

Lo que sí tenemos hoy -una tendencia que comenzó desde fines del siglo xix- es mayor estatismo, mayor democracia y mayor producción. Lo cual significa, en resumidas cuentas: que el dinero de muchos es controlado por pocos. Esos pocos son la clase política y la estructura que la sostiene: los estados. Los oligopolios tienen también mucho poder y control, pero lo tienen gracias al poder militar y policiaco de los estados. Son, pues, los estados los culpables últimos.

Solución: Quitarles el dinero de los muchos a esos pocos. Es decir, no pagarles impuestos. Nadie hace guerras con dinero propio; siempre es con dinero ajeno. Sin impuestos, las guerras y los imperialismo se acaban instantáneamente (sólo quedarán los pleitos pequeños, entre particulares).

No necesitamos ser "desalienados". No estamos alienados. Somos tan listos y maduros y responsables como siempre lo hemos sido (con la ventaja, sobre las generaciones del pasado, de que hoy sabemos más y tenemos más recursos de todo tipo). Tampoco necesitamos transformarnos en "solidarios". Ya lo somos; nunca hemos dejado de serlo. Es sólo que hemos caído en las trampas del estatismo y la democracia (socialismo = estatismo + democracia), y hemos dejado que la clase política tome nuestro dinero y, por ende, tome el control.

Es sencillísimo: no pagar ni un centavo de impuestos... y todo comenzaría a arreglarse rápidamente. ¿Es magia? No. Es LÓGICA.

Te sugiero leer a Hans Hermann Hoppe. Está traducido. Comenzando con esto.

Únete al anarcocapitalismo... para que se te quite lo ladrona y desvergonzada, jajajaja

(Espero que no hayas tomado en serio mis "insultos")

Wm Gille Moire dijo...

Hoy no somos más malos que antes. Somos igual de malos: seguimos matándonos, aunque ahora con armas más eficaces. Pero también somos igual de buenos. Porque, pese a todo, seguimos siendo capaces de solidaridad y cooperación cuando es necesario.

Lo que sí tenemos hoy -una tendencia que comenzó desde fines del siglo xix- es mayor estatismo, mayor democracia y mayor producción. Lo cual significa, en resumidas cuentas: que el dinero de muchos es controlado por pocos. Esos pocos son la clase política y la estructura que la sostiene: los estados. Los oligopolios tienen también mucho poder y control, pero lo tienen gracias al poder militar y policiaco de los estados. Son, pues, los estados los culpables últimos.

Solución: Quitarles el dinero de los muchos a esos pocos. Es decir, no pagarles impuestos. Nadie hace guerras con dinero propio; siempre es con dinero ajeno. Sin impuestos, las guerras y los imperialismo se acaban instantáneamente (sólo quedarán los pleitos pequeños, entre particulares).

No necesitamos ser "desalienados". No estamos alienados. Somos tan listos y maduros y responsables como siempre lo hemos sido (con la ventaja, sobre las generaciones del pasado, de que hoy sabemos más y tenemos más recursos de todo tipo). Tampoco necesitamos transformarnos en "solidarios". Ya lo somos; nunca hemos dejado de serlo. Es sólo que hemos caído en las trampas del estatismo y la democracia (socialismo = estatismo + democracia), y hemos dejado que la clase política tome nuestro dinero y, por ende, tome el control.

Es sencillísimo: no pagar ni un centavo de impuestos... y todo comenzaría a arreglarse rápidamente. ¿Es magia? No. Es LÓGICA.

Te sugiero leer a Hans Hermann Hoppe. Está traducido. Comenzando con esto.

Únete al anarcocapitalismo... para que se te quite lo ladrona y desvergonzada, jajajaja

(Espero que no hayas tomado en serio mis "insultos")